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Interpretación de leyendas


 

Para ayudar a los docentes que deseen trabajar sobre cuentos y leyendas de los pueblos originarios , hemos solicitado la autorización de Mercedes Silva que "es una amiga de los Pueblos Indígenas que, con otras dos integrantes de la" Fraternidad   Nuestra Señora de América", optó hace más de veinte años por vivir junto a los tobas, en Pampa del Indio, Chaco.

Desde allí ha re-pensado la historia de la región y ha compartido sus hallazgos en muchos talleres y cursos .

Escribió además las "Memorias del Gran Chaco" con la colaboración de varios miembros del EIM.

Ahora ofrece su experiencia como Profesora de Letras aplicada al estudios de una tradición literaria, oculta para la mayoría, que enriquece la historia cultural argentina".

A la manera de ejemplo transcribimos el tratamiento que hace de la leyenda "El robo del fuego" , que aparece en su libro :

MENSAJES DEL GRAN CHACO

-Literatura oral indígena

-Encuentro Interconfesional de Misioneros- Resistencia- Chaco 2005

Introducción

Los relatos tradicionales que los Pueblos Originarios del Gran Chaco contaban y re-elaboraban junto al fuego son innumerables. Algunos recopiladores han recogido y publicado una pequeña parte.

Si se desea entender su significado genuino aparecen por lo menos cinco dificultades insalvables:

•  1 - Fueron pensados en una lengua autóctona que evolucionó, como ocurre con todos los idiomas, de manera que los habitantes actuales no siempre captan el sentido original de lo que narran.

•  2 - Nacieron en un contexto geográfico, social y espiritual   que ahora desconocemos. Alguno de esos relatos entran en la categoría de mitos ,   porque tienen relación con lo secreto y con lo más sagrado de cada cultura.

•  3 - Viajaron de boca en boca durante muchas generaciones y ellas les incorporaron sus propias vivencias.

•  4 - Se cortó la cadena de transmisión en muchos casos y los relatos quedaron fragmentados porque durante el siglo XX   los Pueblos   del   Gran Chaco fueron sometidos a grandes penurias y sufrimientos.

•  5 - Fueron traducidos al español desde el inglés o desde otra lengua europea, con las consiguientes distorsiones y ambigüedades.

Sin embargo hay una cosa cierta: en los relatos está oculta una sabiduría acumulada durante milenios. Es la voz de los antiguos que susurra secretos de vida . Es la palabra verdadera bella y poética, nacida en esta tierra única.

Por eso vale la pena tratar de descifrar lo que dicen esas voces, a pesar de tantas interferencias.

El año 1995 me hice cargo de la cátedra de Historia del Pensamiento y la Cultura Aborigen del Chaco, en el C.I.F.M.A. de Sáenz Peña, Chaco.

Comencé entonces a dedicar mucha atención a los relatos tradicionales y tuve la sensación de que se hacían transparentes, que se abrían en múltiples sentidos y que su mensaje fuerte lograba encajar admirablemente en las circunstancias que se viven hoy. Son para siempre eso: MENSAJES.

Por todo   esto me ha parecido conveniente dar a conocer algunos relatos tradicionales de los Pueblos del Gran Chaco, con   la esperanza de que el esfuerzo resulte útil:

•  a los indígenas jóvenes para apreciar la herencia recibida , y

•  a los no indígenas para descubrir los mensajes de las culturas autóctonas como canto armonioso de pájaro en el monte.

Las aves, según dicen los indígenas, son buenas mensajeras, muchas veces dicen algo al que sabe escuchar.

Estudio de relatos tradicionales

Este trabajo tiene intenciones didácticas:

•  demostrar que existe una Literatura oral Indígena del Gran Chaco;

•    animar a los indígenas varones y mujeres, para que realicen sus propias búsquedas e interpretaciones en su lengua materna;

•  proponer una aproximación, respetuosa del pensamiento original ,y a la vez, comprometida con la realidad de hoy;

•  ejercitar en el examen sistemático del texto buscando el sentido probable;

•  provocar un debate , que puede llevar a otros matices de sentido

Propongo para abordar los textos un método que comprende tres partes:

  1. Contextualización.
  2. Análisis
  3. Comentario

•  La contextualización consiste en brindar los mayores datos posibles para que se pueda encontrar algún sentido en el relato.

•  El análisis   consiste en identificar a los personajes, señalar las acciones que realizan y reconstruir el argumento.

•  El comentario consiste en reflexionar sobre las situaciones que se dan en el relato, las conductas de los personajes, los significados posibles, el simbolismo y la intención que puedan encerrar.

Por último, considerando que esta obra puede llegar a lectores, indígenas o no, que tiene distinta manera de ver, propongo también un menú de sugerencias para un debate , porque toda interpretación puede ser aceptada o cuestionada.

Al seleccionar aquella sugerencia que   más interese a un determinado grupo de personas, se podrán confrontar opiniones para seguir saboreando estos Mensajes del Gran Chaco cargados de humanidad.

Para elegir los relatos tradicionales incluidos aquí se ha recurrido a publicaciones anteriores de reconocida fidelidad a la narración original.

Con respecto a las palabras en lenguas indígenas se ha respetado la forma de escribir que los recopiladores han empleado.

El aporte que se realiza   por medio de este trabajo consiste en la ordenación general y en la interpretación, tal vez atrevida, sobre el contenido de cada relato"

                                                                                                                                       Mercedes Silva
                                                                                                                                 Pampa del Indio- Chaco
                                                                                                                                          Junio 2004

Transcribimos uno de los relatos trabajados por Mercedes Silva:

" El robo del Fuego"
(relato wichí)

Recopilado por Alfredo METRAUX y   recreado por Miguel Angel   PALERMO.

En los tiempos antiguos, luego del gran incendio que quemó toda la tierra, los árboles volvieron a crecer y todo estuvo como antes, menos una cosa: con Jualá ( el Sol ) tan enojado, ahora ya no había quien cocinara para la gente- en esa época puros animales- y después de tantas llamas nadie tenía el más mísero fueguito.

En realidad nadie no, porque el Jaguar -(vaya uno a saber cómo)- había conseguido hacer una buena fogata, que mantenía siempre encendida. Pero que el Jaguar tuviera fuego era lo mismo que nada, porque era tan bravo como amarrete y habían sido inútiles todos los ruegos que le habían hecho.

"¡No!"- contestaba siempre que le pedían aunque fuera una brasita, nada más que una llamita, "¡No, no, y he dicho que no!".

Y los que habían ido como delegados de los demás animales se habían tenido que volver corriendo - o volando, según los casos- si habían sido muy insistentes, un bramido de esos que ponen los pelos de punta venía como respuesta, si lo impacientaban, y algunos más porfiados habían estado a punto de que les diera un zarpazo.

Viendo que era inútil pedir, los Animales decidieron sacarle el fuego.

Aunque no quisiera. "El que no quiere compartir- decían- no merece que lo respeten".

Pero como no había ninguno más fuerte que el Jaguar , tenía que ser cosa de astucia, nomás. Y tenía que ser mucha astucia, porque el Jaguar , además de no ser ningún sonso, estaba siempre vigilando.

El primero en probar fue un bicho que en el Chaco llaman Oculto y en otras partes del país Tucu-tucu, es un roedor del tamaño más o menos de una rata, pero con la cola más corta. Y ¿por qué le habrán puesto ese nombre? Le dicen así porque se pasa el día metido en sus cuevas, hace largas galerías subterráneas con entradas que abre y tapa cuando quiere, y sale nada más que de noche para buscar su comida. Nombre bien puesto: se la pasa oculto. Y ¿por qué hay quien lo llama Tucu-tucu? Por un ruido, una especie de retumbo ( tucu-tucu justamente) que hace bajo tierra.

Buen cavador como era el Oculto pensó un plan bastante interesante: haría un túnel bien largo, que empezara donde el Jaguar no lo viera y acabara al lado de la fogata. Allí se asomaría despacio, sacaría una brasa, taparía el agujero y se volvería enseguida.

El plan era bueno, pero a último momento falló.

Es que, demasiado confiado, el Oculto hizo su famoso ruido -tucu-tucu- dentro del pasadizo y el Jaguar ,; que tiene muy buen oído, lo sintió. Sonrió, escuchó bien para calcular por dónde iba a aparecer el ladrón y se sentó a esperarlo. Apenas se empezó a remover la tierra en el lugar en que el Oculto se iba a asomar, el Jaguar preparó la garra. Y cuando salió la cabecita, ¡zas! le pegó un flor de golpe. Tan fuerte fue que, desde entonces, al Oculto le quedó el hocico achatado, y así son todos los Ocultos hoy. Dolorido, ñato, y para colmo oyendo las carcajadas guarangas del Jaguar, el pobre se volvió por su túnel, y no volvió a insistir.

Cuando lo volvieron a ver en ese estado y con las manos vacías, los demás animales se desilusionaron bastante, pero entonces se presentó otro voluntario el Conejo . No era un conejo doméstico de esos blancos, lanosos y orejudos, sino un conejo chaqueño, marrón y de orejas cortitas, muy parecido a las liebres patagónicas o maras, de las cuales es pariente.

El Conejo pensó que tratar de llegar al fuego sin que el Jaguar se diera cuenta era imposible: el grandote tenía tan buena vista, tan excelente olfato y un oído tan fino (como vimos recién) que siempre se iba a dar cuenta. Y esperar a que se durmiera era perder el tiempo, no porque no se echara a dormir - en realidad se manda unas siestas de locos- sino porque tenía el sueño más liviano que una pluma, el rumor más chiquito lo despertaba.

Y era mejor no seguir haciendo pruebas raras, porque si el Oculto había terminado con el hocico aplastado, otro podía acabar   despachurrado o adentro de la panza del Jaguar.

Así que la cuestión era acercarse abiertamente con algún pretexto.

Después, con otra excusa, quedarse un rato junto al fuego hasta que el manchado se distrajera, y en ese descuido sacarle una brasa y correr, correr desesperadamente para dejar atrás al Jaguar.

El problema del Conejo era encontrar un buen pretexto.

" Pasaba por acá cerca y quise venir a saludarte". Mmm, poco le gustaban las charlas al Jaguar.

" Vine a ver si no encontraste unas frutas que se me perdieron el otro día". Mmm, el Jaguar lo iba a sacar corriendo.

" Vengo a traerte un regalito" ¡Eso!. Un regalo era lo que podía hacer el milagro de que el Jaguar lo dejara acercar. Pero el Conejo ya se imaginaba cómo la fiera le decía :"Dejalos ahí y andate".

Entonces vio qué tenía que hacer: llevaría algo para comer - el Jaguar siempre estaba hambriento- pero algo que fuera bueno para cocinar.

Podría ofrecerse para asarlo y de esa manera iba a poder estar un buen rato cerca al fuego , sin que el Jaguar sospechara, hasta que fuera la oportunidad de salirse con la suya.

Así fue que, con la ayuda de la Garza , gran pescadora, el Conejo consiguió unos hermosos pescados, los ensartó en una piola y se fue muy sonriente a visitar al Jaguar.

De lejos nomás el otro le pegó el grito:-"¡Fuera de acá!".

Pero el Conejo , disimulando el miedo que tenía, gritó por su parte:

-" Pero Tío, ¡Si te traigo un regalito! "; le decía Tío en señal de respeto, no porque fuera el sobrino.

Al Jaguar le interesó el asunto y, aunque ya olfateaba pescado (que le gustaban mucho), preguntó-"¿Qué traés?"

-"Unos pescados muy lindos" - contestó el Conejo .

-"Bueno, dejalos y andate"- le dijo el Jaguar.

-"Pero Tío, déjeme que le haga el regalo completo. ¡Estos pescados quedan buenísimos asados! ¡Crudos no valen nada! Y no va a andar cocinando usted. Si no, ¿qué clase de regalo es? Yo se los voy a cocinar, bien asaditos, con gustito a ahumado, ya va a ver   cómo sé preparar el pescado yo".

-"Mmmmmbué"- dijo el Jaguar - "Metele nomás!

El Conejo sacó los pescados del hilo, los abrió por el lomo- como se usa en el Chaco- y los puso a asar, abiertos, en unas ramas verdes.

A cada momento los daba vuelta y los acomodaba, los tocaba para ver cómo estaban, los olía y los miraba. Al fin, el Jagua r se aburrió de vigilarlo- auque no dejaba de desconfiar- y el Conejo , haciéndose el distraído, apoyó sobre las brasas la cola de un pescadito chico, una mojarra -"Ffff"-, hizo al tocar el fuego y se pegó una brasa chiquita. El Conejo echó una mirada al Jaguar - que estaba bostezando y mirando para otro lado-, manoteó la mojarra con la brasita pegada, la dobló, se la puso debajo de la mandíbula, la apretó así contra el pecho y salió corriendo.

De reojo, el Jaguar lo vio y pegó un brinco: "¿Qué le pasaba a ese Conejo chiflado?". Enseguida alarmado miró su fuego: los pescados seguían asándose tranquilamente. Volvió a mirar al Conejo que corría y vio que de debajo de la mandíbula le salía un poco de humo: aunque la brasa iba envuelta en la mojarra se le estaban quemando algunos pelos.

Cuando el Jaguar se dio cuenta de la trampa, saltó como un rayo y empezó a correr, rugiendo furioso.

El Conejo se daba vuelta y veía como la ventaja que le había sacado de entrada, ahora se perdía, que la fiera estaba cada vez más cerca, más cerca.

Entonces, dándose cuenta de que ya lo agarraba, tiró la brasa entre los yuyos. Pero los yuyos estaban resecos, porque hacía bastante que no llovía, así que enseguida se levantó una llamarada y el viento la hizo crecer y crecer..

Desesperado el Jaguar trató de apagar el fuego, soplando y dando manotazos y pisotones por todas partes, pero ya era tarde.

Del pasto, las llamas se pasaron a un árbol y después a otro y a otro más.

Loa animales corrieron con ramas y se llevaron cada uno un poco de fuego.

A partir de ahí, todos tuvieron su propia fogata.

El Jaguar se quedó con mucha bronca, más intratable que antes. Y a partir de entonces tuvo las plantas de las patas secas, medio quemadas desde que trató de apagar el fuego ( algunos también dicen que tiene la piel más manchada desde esa historia).

Como recuerdo de esta aventura, el Conejo del Chaco tiene una manchita blanca en la garganta, allí donde se quemó con la brasa que se robaba.

Desde entonces, además, el Fuego se metió en la madera de los árboles y por eso se puede encenderlo frotando dos palitos.

                                                           El robo del Fuego
                                                               La solidaridad

Contextualización

Este es un relato tradicional del pueblo Wichí, al cual algunos denominan mataco.

Fue recopilado a principios del siglo XX por E. Nordenskjöld. Unos   treinta años después, lo escuchó Alfredo Matraux, narrado por otro wichí y lo publicó en 1946.

Mucho más tarde Miguel Angel Palermo reelaboró el texto y le dio un estilo ágil y ameno. Luego lo incluyó en su   obra "Cuentos que cuentan los Matacos" ( 1987).

Así llega hasta nosotros, afirmando que, en tiempos remotos, el fuego estaba en poder del tigre americano , yaguareté o jaguar.

Este es un animal muy temido, no sólo por su tamaño y ferocidad, sino también porque se lo asocia a fuerzas espirituales muy potentes y peligrosas para los humanos. No obstante esto, existen muchos relatos en los cuales el tigre sale perdiendo o es burlado por otro más pequeño. Así sucede en éste que estamos estudiando.

Análisis: personajes y acciones

Jaguar

•  mezquinaba el fuego

•  corría a delegados

•  vigilaba siempre

•  escuchó y esperó

•  dio el golpe y se reía

•  habló con el conejo y aceptó el regalo

•  bostezaba, pegó un brinco

•  vio humo en la garganta

•  corría y rugía

•  trató de apagar el fuego

•  daba manotazos y   pisotones

•  quedó con más bronca

Animales

•  pedían fuego

•  enviaban delegados

•  decidieron sacar el fuego

•  enviaron al tucu-tucu

•  se desilusionaron

•  enviaron al conejo

•  corrieron con ramas y tuvieron fuego

Conejo

• trazó su plan

•  consiguió pescados

•  los llevó de regalo al jaguar

•  preparó los pescados y los asó

•  utilizó una mojarra y sacó una brasa

•  salió corriendo

•  tiró la brasa e incendió todo

Tucu-tucu

•   pensó un plan

•  cavó un túnel

•  hacía   ruido

•  asomó la cabeza

•  se le acható el hocico

•  volvió corriendo

Garza

•  ayudó al conejo

•  le entregó dos pescados

        

Comentario

    1. El Jaguar se había hecho dueño exclusivo del Fuego . Lo custodiaba celosamente y no quería dar ni una brasa.

     Excluía a todos los demás del bien primordial. Por esa actitud egoísta hacía sufrir y provocaba

     reacciones    adversas. Era mezquino, insensible y cruel.

    Aparece en el relato como el anti-héroe .

    1. La Asamblea de los Animales sentía la necesidad de tener fuego. Recurrieron al pedido y la súplica. No lo consiguieron. Entonces hacen el siguiente análisis de la situación: el Jaguar no cumple la norma universal de la convivencia, que es compartir. Por consiguiente, " el que no quiere compartir no merece que lo respeten".

Puesto este fundamento filosófico, los Animales encuentran lógico, necesario y saludable, sacarle el fuego aunque no quiera. Porque el sentido común es el más revolucionario de los sentidos, ya que está siempre a favor de la vida.

    1. El Conejo comienza como un conejo común y termina como un héroe .

      Es reflexivo, saca   conclusiones de las anteriores experiencias, por ejemplo: que era imposible

      acercarse    sin que el Jaguar   se dé cuenta, y que hay que hacerlo con   un buen   pretexto.

Planifica todo cuidadosamente y luego lo pone en práctica. Dialoga con habilidad y convence al Jaguar . Disimula hasta que llega el momento oportuno, entonces actúa con decisión. Es inteligente, astuto, valiente, solidario, fiel a su pueblo.

    

    1. El tucu-tucu tenía el mérito de haber sido el primero en intentar acercarse al fuego con un plan bien

      trazado   Pero sin darse cuenta, alertó al Jaguar.

      ¿ No vemos en él reflejadas aquellas personas que promocionan y hablan demasiado de sus

      proyectos, y por eso fracasan?.

      En   contraste, la figura de la Garza , discreta y silenciosa, se destaca como eficaz colaboradora en la

      hazaña del Conejo.

    1. En este relato se dice, como para probar que lo contado ocurrió, que las patas del Jaguar quedaron

      negras y que   los Conejos tienen una manchita blanca en la garganta.

     En muchos otros relatos hay expresiones semejantes y por eso se los incluye en la categoría de  

     Leyendas.

     Conviene, sin embargo, recordar que toda cultura oral apela a señales visibles o sonoras fáciles de

      identificar, para que el relato se grabe   en la memoria de los oyentes, ya que el mensaje que

      transmite es digno de ser recordado.

     Por tanto, más que una 'creencia primitiva' como muchas veces se dice, es un   recurso didáctico  

     ayudar a la memoria.

    1. El Fuego se metió en la madera de los árboles, está ahí como dormido y se lo puede despertar. Así la experiencia cotidiana de encender una fogata por la frotación de dos palitos, se convierte en un acto sagrado.

En la cultura indígena nada es puramente físico, siempre hay una relación con las fuerzas espirituales que existen desde antes del comienzo del mundo.

Sugerencias para un debate

1 -¿ Hay ahora en nuestra sociedad quienes actúan como el Jaguar?

    ¿Y otros que actúan como el Conejo?

2-¿ Es adecuado el título :"El robo del fuego"? ¿Quién es el que robó primero?

3- En la cultura indígena la norma fundamental de la convivencia es compartir.

     En el mundo occidental ¿cuál es la norma según lo que se ve generalmente?

    ¿ Y para los que creen en Jesús?