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Pueblos originarios de Sudamérica y el Caribe
Teología indígena

Pueblos originarios de Argentina

 

 
Testimonio mapuche


La cultura está tejida por las manos de nuestros mayores. Los que tejen dejan alegrías y tristezas en el trabajo; buscando y haciendo hilos, tejiendo, ponen lo mejor de su ser.
El pueblo mapuche forma un solo tejido. Agradezco ser mapuche a mi abuelo. Es una suerte haber mantenido nuestra raza y nuestra religión. Nuestra escuela fueron nuestros abuelos. No dejemos de lado las riquezas de nuestros antepasados.
Los abuelos saben mucho y pueden aportar ideas, no para vivir como antes, sino valores para tratar de vivir hoy, la organización, las leyes, la educación...
Hay preocupación entre los mapuches porque en muchos lugares no se hacen rogativas, se pierden las raices de la cultura que dan identidad al pueblo.
El espíritu nuestro está unido a GNECHEN, DIOS.
Las rogativas son riquezas de nuestra raza.
Al comienzo del día el "Taaahil" que realizan las señoras nos dicen la fuerza de la fe religiosa que las familias conservan, poniendo en manos del creadoor el día que comienza y toda la tarea a realizar.

Encuentro de hermanos mapuches. Zapala 1995

 
Testimonio de un pilagá

Hoy no sólo los aborígenes habitan esta querida tierra americana, también los blancos que vinieron a vivir junto con nosotros; pero alambraron por todas partes el campo, ese lugar era de los aborígenes. No quiero decir que estamos en contra de ninguna forma digo eso. Solamente digo que las costumbres del pasado no queremos renunciar, porque son nuestras, por el contrario las conservamos. Lagunas, montes, ríos y riachuelos: ya no hay lugar libre para los indígenas que siguen las costumbres de antes.
Los sembrados se tienden por todas parte en los campos grandes, en las lagunas, en los montes, como tela de araña tendida de noche, que no deja salir libres los insectos nocturnos.
Desgraciadamente, los blancos hasta las frutas del monte le prohibieron al aborigen. Por eso nosotros, los nuevos, estamos tratando de trabajar únicamente la tierra, debemos ser agricultores y crear fuentes de trabajo, porque tenemos familias. Tenemos que manejar nosotros, sin ser ocupados los indios por los blancos, ya que se aprovechan de nosotros.
No basta con la poca tierra que tenemos ahora con título de propiedad, sino que nos vamos organizando mejor, más fuerte en nuestra comisión.
Como dice el hermano Ignacio Silva:"Hemos empezado a caminar, mejor dicho, a trazar un camino quizá un poco diferente al del pasado. Este camino es la Organización que para nosotros es algo nuevo, diferente a la organización que tenían los antiguos"

Tomado de "Memorias del Gran Chaco", Edición EIM, Rcia. 1998

    Los wichí somos flor de la tierra  (ver tierra)

La verdad que somos parte de la tierra. Vivimos aquí desde el principio. Cuando Dios hizo el mundo nos puso a vivir en esta tierra. Nos enseñó como vivir aquí. Somos nacidos de la tierra como los árboles. La tierra nos pertenece porque nosotros pertenecemos a la tierra.
Como decimos, el río es nuestro padre y la tierra nuestra madre El río nos ayuda, nos convida pescado, la tierra nos cuida, nos alimenta. Necesitamos el río y la tierra porque son como nuestros padres.
Si no tenemos el título de propiedad de nuestra tierra, no tendremos quien nos dé de comer. Somos fieles a nuestra tierra y a nuestro río. No podemos abandonarlos ni entregárselos a otros, igual que los hijos no pueden separarse de los padres.
De ninguna manera aceptamos subdivisiones o parcelas porque vivimos como una sola comunidad de la naturaleza. Somos agricultores, pescadores, cazadores, recolectores y artesanos. Necesitamos un espacio extenso, no solamente para cultivar la tierra, sino también para sacar del monte tanto nuestros alimentos, frutas, miel y animales silvestres, como los elementos vegetales que utilizamos para las artesanías y para nuestro uso doméstico.
Como decimos acarca de nuetro pedido de tierra: "Cuando una charata canta, todas las charatas hacen coro. Como una sola comunidad pedimos a nuestro gobierno, un solo título comunitario para toda la tierra que precisamos".


 
En nuestra tierra (Alhua), Dios vivía entre nosotros los toba qom

La oralidad es el poder que nos mantiene como raza viviente, es el cordón umbilical con Nuestra Madre Tierra que dio la vida a todos los seres que la habitan.
Del monte, del viento, del río, de los pájaros, nació nuestra voz que es como un murmullo de todo lo nombrado.
Contar nuestro secreto estaba prohibido a riesgo de perder la vida. Por consejo de nuestros antiguos no debíamos hacerlo, porque llegaron hombres que cruzaron el mar y arrasaron con todo.
Eran tan distintos a nosotros, los Qom, que no nos hubieran comprendido. Cuando nosotros necesitábamos algo le pedíamos a nuestro padre el río o al dueño del monte, y él nos concedía.
Nunca mirábamos hacia arriba, porque todo lo que necesitábamos estaba con nosotros. Pero ellos trajeron un Dios tan poderoso que tenía su morada en el Cielo. El nuestro vivía entre nosotros.
Esto estaba prohibido decirlo por temor de que el conquistador lo escuche, pero hasta el día de hoy vive con nosotros y nos acompaña, porque Él nos llevará a la Tierra sin mal, donde antiguamente estábamos.

Sánchez Silvano (toba) "Memoria sin tiempo" Subsecretaría de Cultura. Producciones gráficas.Resistencia.Chaco. 1997


 
 



Cuentan los Yámanas

En Septiembre de 1997 murió el yámana Carlos Raúl Yagán Yagán. Por Juan Andrés Guzmán

La tumba es reciente. La tierra aún está suelta, no hay lápida, no hay cruz.
Bajo una leve capa de nieve, hay claveles frescos. Pero con este frío no resistirán mucho. El cementerio de Puerto Williams está frente al canal del Beagle y el mar arroja ráfagas intolerables. En cualquier momento se pondrá a nevar otra vez.
Bajo esa tierra sin marcas, está Carlos Raúl Yagán Yagán. Murió el 4 de septiembre, hace poco más de una semana. (...)
A pocos pasos de la tumba de Raúl están parte de los que lo precedieron.
Está el "abuelo Felipe" nacido en 1891 y muerto en 1977. En su lápida se deja constancia de la amplitud de oficios necesarios para sobrevivir en esa zona: "Se desempeñó como esquilador y campero y en la vejez se dedicó a la artesanía construyendo canoas, arcos, arpones, todo a base de recursos naturales".
Unos nichos más allá, está Rosa Yagán, muerta el 4 de abril de 1983, quien dejó testimonio de su vida en un libro notable de la periodista Patricia Stambuk llamado precisamente "Rosa Yagán".
"Ahora es peor que el diluvio, cuando todo se inundó y se veían unos pocos montes. Los últimos nos estamos muriendo y no podemos volver a sacar a nuestras familias ni a llenar nuestra tierra con yaganes", decía Rosa. "Hoy los yaganes puros (sic) que van quedando son las hermanas Ursula y Cristina y Raúl Yagán, que anda de marino quien sabe dónde".

Enseñarles a llorar

A Cristina Calderón le gustan las comodidades de la vida moderna a las que tiene acceso: una mediagua, un mercado y una vida sedentaria y no nómade como la de sus antepasados.
Ella y su hermana Ursula son las dos últimas mujeres de su raza. Dos mujeres morenas, de ojos rasgados y nariz chata que cuando sonríen es como si descubrieran el mundo por primera vez.
Cristina tiene 69 y Ursula 75. Quedaron huérfanas de niñas y su educación la asumió una yagana cercana a su clan. A Cristina nunca le gustó viajar tras las nutrias y los lobos marinos. De joven decidió que no se casaría con un yagán "porque si no iba a tener que andar por todos lados navegando".
Tuvo suerte, porque su tutora eligió para ella un marido chilote.
Hace casi 20 años que está en Villa Ukika, el último poblado yagán, ubicado a menos de un kilómetro de Puerto Williams.
Si uno se sube a los cerros que rodean la villa, alcanza a ver las islas Picton, Nueva y Lenox, por las que en 1978 argentinos y chilenos estuvimos a punto de ir a la guerra.
Es una zona de extinción. Hace 150 años las aguas del Beagle hacia el sur eran dominio de los yaganes. Y en las riberas heladas de Tierra del Fuego, onas y tehuelches perseguían guanacos. A esas dos razas los colonos chilenos y europeos literalmente las cazaron. Pagaban una libra esterlina por una cabeza o un par de orejas. Los cráneos hervidos en calderos se vendían en los museos de Europa.
Al pueblo de Cristina no lo mató sólo las armas de los blancos, sino también sus inmundicias. Los yaganes eran una raza desnuda. Por siglos, su atuendo oficial fue sólo una capa de piel de lobo y un taparrabo. Los occidentales pensaron que debían tener frío y hambre y que, bien educados, podían ser buenos sirvientes. Les dieron ropa, comida, Biblias, alcohol; y microbios a destajo.
Murieron por miles: una simple gripe bastaba para acabar con decenas de ellos. Para qué decir de la tuberculosis.
Y el alcohol acabó y sigue acabando con el resto.
Los años en Ukika han sido los mejores para Cristina. Tiene calefacción, tiene tele, es católica y guarda con especial devoción un rosario que le dio el Papa durante su visita a Punta Arenas en 1987.
-Los antiguos creían en el sol. Cuando estaba amaneciendo, mi abuelo decía "ya se está levantando nuestro señor". Ahora nosotros sabemos que ese es el sol no más, se ríe.
A ella le da pena que su raza se acabe. Pero en realidad piensa que nada se acaba, que quizás se pierda su lengua, pero que puede reconocer su estirpe en sus nietos mestizos, aunque no hagan nada de lo que hacían los antiguos.
Sólo siente cierta nostalgia cuando ve por televisión las ceremonias que tienen otros pueblos, como los mapuches.
-Acá no tenemos ceremonias. Y si las tuviéramos, muy pocos participarían.
A nadie le gusta ser yagán. La mayoría no quiere hablar nuestra lengua.
Mis papás no querían enseñarme porque decían que era fea, que la gente blanca se reía. La otra vez mi nieta me dijo "me dicen india, negra" y yo le dije, "por qué te vas a enojar si sos morena, si sos de mi raza.
Cuando te dicen que eres india tienes que decir: sí, y qué". Pero hay otras niñas que lloran; y yo digo que es porque les enseñan a llorar por eso.
Lidia González es hija de Cristina. Es monitora de un jardín infantil étnico, creado en Puerto Williams para que los descendientes de yaganes conserven sus tradiciones y su idioma. De los 20 niños que corretean por el jardín, sólo uno es yagán. "En la comunidad hay otros cuatro o cinco niños, pero sus madres están resentidas por la discriminación que ellas sufrieron cuando niñas; y no quieren que ellos asuman su raza", dice Lidia.
En el colegio que está al lado, los descendientes de yaganes suman una docena. Y entre los 18 y los 25 años, Lidia González calcula que hay otro tanto. Para ellos, la situación es la misma: "Tienen una autoestima muy baja. Yo soy descendiente de yagán y no me siento menos que nadie. Pero ellos sí se sienten menos".

Cambiar el nombre

Al otro lado del estrecho, en Punta Arenas, Ursula Calderón se recupera de unas quemaduras en sus pies. "Estoy vieja, dice. Me estaba haciendo un mate y me eché el agua en las piernas".
Ursula vive en una casa de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi). Consciente de su importancia como cuasi única vocera del pasado yagán, cobra por las entrevistas. Por dos mil pesos se deja fotografiar y cuenta todas las aventuras posibles sobre sus antepasados y sus vidas.
Ella fue la última yagana que anduvo "nutriando" en los canales del sur, sobre un bote a remos.
"Yo conozco los canales desde Punta Arenas hasta Williams. Con mi marido navegamos muchas veces por acá, en 1940. Andábamos en carpas. En verano era muy lindo, pero en invierno era terrible".
Ursula y Cristina viven de una pensión que les da el Estado y de la venta de artesanías a los turistas que vienen a conocer a las sobrevivientes del fin del mundo.
Cuando están juntas forman una buena dupla. Ursula cuenta de los viajes en canoa y Cristina de los chiejaus, esas ceremonias de iniciación con que los jóvenes pasaban a la vida adulta.
Entre las tradiciones que se les transmitían en los chiejaus había una respecto de los muertos, muy importante: nadie podría volver a nombrar al difunto. Sus cosas permanecerían con él, incluyendo su nombre.
Para los deudos, no habría otra herencia que disputar que la tristeza por su partida.
Sobre Raúl Yagán, Ursula y Cristina dicen que era su pariente: el hijo que un hermano de ellas no quiso reconocer, porque no estaba seguro de su paternidad.
-Pero Raúl era nuestro sobrino. Nosotros éramos su única familia. En Ukika hay una gente que le dice tío pero eran amigos no más. El trabajaba, tenía buena plata. Quizás a quién le dejaría la herencia, asegura Ursula.

Una muerte chilena

Ahora Raúl Yagán está bajo tierra. Y de su vida es poco lo que se sabe.
Pertenecía a una raza de las que muy pocos quieren confesarse miembros.
-No hablaba mucho el tío Raúl, dice Blanca Garcés, su sobrina. No sabría qué decirle de él.
Blanca es yagana mestiza. Yagana mezclada con chilote.
Al contar lo que sabe de Raúl, Blanca revela también lo poco que conserva de la historia de su pueblo. Hoy lamenta no haber hablado más sobre las tradiciones de "los antiguos" y no tener algo que traspasarle a sus hijos.
Raúl era un yagán silencioso. Nació en Puerto Williams, nunca navegó por los canales, ni cazó nutrias. A los 17 años entró a la Marina y durante casi 40 años trabajó en la dirección de obras de la Armada en Punta Arenas. Fue un funcionario ejemplar. Según su jefe Vicente Peña "tenía como virtud que al hablar decía lo justo y necesario".
De varios miles de indígenas que había a fines del siglo pasado, hoy quedan en la zona cerca de 50 descendientes de yaganes.
Blanca se queda en silencio tratando de recordar algo más. En el living, su hijo hace zapping en el televisor hasta encontrar el Cartoon Network.
En Ukika tienen TV-Cable, como en todo Chile. Tal vez en el Discovery pasen algún documental sobre los yaganes.

Fuente: LaTercera en Internet, 14 de Septiembre de 1997

Fallece Ursula Calderon, líder de la comunidad Yagán
21 de enero, 2003

Víctima de un derrame cerebral, y a la edad de 79 años, falleció el 16 de enero pasado en la ciudad de Punta Arenas Ursula Calderón, una de las líderes de la comunidad yagán de los canales australes.
Ursula era, al igual que su hermana Cristina, una artesana que vivía de la venta de sus productos tradicionales. Era también una de las pocas hablantes de su lengua originaria, lengua que en los últimos años se dedicó a enseñar a otros integrantes de la comunidad y a los niños de Puerto Williams. Era también, una de las pocas conocedoras de la historia de los yagán, los que desde tiempos ancestrales habitaran los canales del sur del Estrecho de Magallanes, y cuya población en 1850 era estimada en un numero superior a los tres mil.
Ursula vio partir a muchos integrantes de su comunidad, los que sucumbieron a las enfermedades traídas por los afuerinos, a su maltrato, y a la dura vida que llevaban. Vió también como muchos se alejaron de su territorio ancestral en busca de oportunidades, o como renegaron de su cultura producto de las políticas asimiladoras que les fueron impuestas por Chile.
Vivió en carne propia el proceso de sedentarización al que los yágan fueron sometidos por los colonos y misioneros que allí se asentaron, y mas tarde por el Estado. Alcanzó a navegar por los canales en las antiguas canoas que hicieron famosos a sus antepasados, vivió en Mejillones, una bahía ubicada a orillas del Beagle frente a la ciudad Argentina de Usuahia, donde los yagán fueron establecidos por los misioneros anglicanos. Vivió hasta su muerte en Villa Ukika, poblado vecino a Puerto Williams donde la Armada la trasladó junto a otros de su comunidad en los años 50.
Participó en la lucha por la defensa de los ancestrales derechos de este Pueblo y la superación de las condiciones de pobreza y marginalidad, así como el rescate de su historia y su cultura.
Con Ursula se va una parte de la historia de la comunidad yagán, de la de los canales australes, así como de historia de la construcción de Chile. Una historia marcada por la ignorancia y el menosprecio de nuestra sociedad a los pueblos que ancestralmente habitaron esta tierra. Ojalá aprendamos de las lecciones que nos deja Ursula y la historia de los yagán para que no repitamos con otros pueblos que siguen habitando en nuestro país, las mismas actitudes que caracterizaron nuestra relación con ellos, con las consecuencias antes señaladas.

José Aylwin - Coordinador Programa de Derechos Indígenas
Instituto de Estudios Indígenas - Universidad de la Frontera Temuco, Chile.

 

Cuentan los Selk`nam-Onas


Mis últimos onas: Segundo Arteaga Por Oscar Domínguez Gutierrez

-¿De qué lado escucha mejor?

-¡Escucho poco y nada! -

¿Pero... de qué lado escucha mejor?

-¡De a acá... pero poco eh!

-Entonces vamos a ponernos acá, así sale mejor la cosa.

Segundo Arteaga nos recibe en su alojamiento habitual, el Hogar de Ancianos San Vicente de Paul de la ciudad de Río Grande, donde espera cumplir sus ochenta años el próximo mes de junio. De la paciencia y los recuerdos fuimos armando esta nota, referencia de una vida que lo tiene signado, aún en la encrucijada de sangres, como de los supertites de la raza selknam.

"Yo nací acá en Tierra del Fuego, pero en la estancia Ruby nací yo. Mi padre era Antonio Arteaga, mi mamá ya sabe que es indígena, se llamaba Kaitjen, el significado del nombre... no doy, tendría que pensar mucho para dar explicaciones, Kaitjen, Kait jen... no doy. Es que además sé muy poco de ona, es que de a poco uno va perdiendo la costumbre de hablar también. Como no hablo con nadie, únicamente con la Rafaela cuando nos encontrábamos, y poco y nada los dos, más bien acostumbrados al castellano los dos. Rafaela era menor que yo.

El año 74 me retiré a trabajar, ya me quedé en el pueblo. No me jubilé, me quedé cuidando la casa de la Angela. Me dejaron cuidando ahí pero sin ningún sueldo; así que así de a poco me dieron una pensión de Municipalidad, y salimos adelante... poco y nada también, y estamos aquí donde nos descuentan por la comida y el lavado y todo eso. Cuando yo era niño me crecí en el establecimiento, nada más. En la estancia, en los puestos, porque jamás estuve con los indígenas puros viviendo esos que vivían en ranchos; yo me crié en los puestos y estancias nomás, entre Viamonte, San Pablo... ahí fue donde más estuve cuando era chico.

De once años me ganaba cuarenta pesos. Era como un municipal limpiando por los alrededores del establecimiento, con una carretilla juntando huesitos, ese era mi trabajo... picar leña, porque en esa época era a pura leña, y así se me fue pasando el tiempo y después llegué a ganar 60 y ya fui un peón mensual. Yo trabajé de ovejero ahora último nomás , porque nunca me había gustado el rtrabajo ese. Es un trabajo que necesita tener materia para eso. Pero hoy se trabaja de otra forma. Quisiera uno ser más joven, como Pacheco. Hace poco le encontramos con Chapman, a Gallegos fuimos a ver a Pacheco a quién conocía de (Estancia) Marina, la reserva del lago Deseado, que le llamábamos La Reserva entonces. Allí vivían muchos, muchos no... pero uno de los que quedaban vivían ahí, después de trabajar en el verano iban a pasar el invierno ahí. Ahí lo conocí, lo había conocido en 1928, pero era un pibe de 10 años más o menos, yo le llevo como 10 años. Estuvimos hablando de que a mí me hace falta, porque no tengo con quién conversar ahora, porque ya somos los últimos ya; me encuentro contento por encontrarte acá, le dije, de verte nuevamente otra vez, y más contento me encontraría si te vas a Río Grande le digo, y puede quedarse en el Hogar de Ancianos. Otros dicen que no. ¡Cómo no va a poder! Como quedan otros puede quedar el también. El habla perfectamente, mejor que yo habla. Porque él estuvo cerca de la ceremonia del Kloketen, fue él uno de ellos. Yo no recuerdo que año último Hain se dice. Una vuelta quise yo, pero era muy chico, que dijeron ellos -tenía yo unos tíos vivos- pero yo vi entrar dos, acá en los campos de verano que eran de la Teresita antes, ahí vi yo, ahí vi porque no había visto antes, el invierno del 21, ra muy chico, tal vez por eso...

Llegué a Río Grande por primera vez, aquí no al frigorífico, en año mil novecientos diecinueve, era un pibe de ocho año tendría, vine con un carro de Viamonte, y el año 26 primer año que vine a Río Grande. Casi mediodía en carro desde Viamonte, carro tierado por caballo, sulky, esos que usaba el ejército de tres caballos. Cuando era chico en la Viamonte andaba por ahí acompañando a los ovejeros y en rodeo vio como todos los indígenas, como cuarenta, los ovejeros eran todos indígenas cuando conocí ahí. Muy raro, cuatro o cinco chilenos había no más. Me acuerdo nombre de los indígenas Kimeyol, John, Saihuet..." Segundo tiene cargado el peco por los nuevos inviernos, una carraspera le borra por momentos la memoria. Ese caudal de vida que en su relato personaliza campos y estancias, deglute olvidos. "Saben que la tos del indígena, le hacia algo antes, posiblemente antes de Cristo esto que ahora les voy a hablar. No se conocían las enfermedades, directamente, dentro de los indígenas. Morían así llegando a viejos y a edad muy avanzada, de ciento y tantos, todos de ciento y tantos cuando quedaban tirados allí en la choza y morían, pero no de enfermedad, de vejez.

Hubo un hombre sabio muy querido por todos que se llama Kaiwel, un hombre muy bueno con todos, muy bueno con todos, todo el mundo lo quería. Entonces en aquel tiempo mataron, asesinaron a un yagán, no se sabe cómo, una bronca, porque no mataban, mataban cuando guerreaban nada más. Entonces la venganza fueron y lo mataron a este hombre Kaiwel. El decía que cuando muriera se iba a volver en piedra, la muerte de él yo me vuelvo en piedra... entonces lo mataron y le cortaron la cabeza, y la cabeza andaba ahí, y hablaba que sé yo, y con el tiempo les vino una peste donde murieron cientos y cientos de yaganes y haush, y una cantidad bárbara de haush había en ese entonces. Parece le... la brujería, la hechicería que le llaman hoy; ya después de la muerte de este hombre apareció todo eso y el que podía le jodía al otro y así... Sí creo en brujería, algo así... y he visto así también. He visto la brujería de los blancos que hay en Chile. Estábamos laburando en Pilarica, yo y Federico y dos más, dos chilenos más, y ya íbamos a terminar en más los últimos día de mayo para terminar una división de campos que terminamos. Y un día medio lluvioso, como en mayo ya está todo medio oscuro cenamos a las siete, más o menos con la luz del fuego, y se nos aparece una luz, distancia unos cincuenta metros más o menos, justo donde teníamos un caballo atado a soga. Una luz como luz que camina, como que alguien le anda trayendo pero no se veía la persona. Sino que únicamente la luz. Y saben que al ver la luz la luz esa se nos corrió un bicho de abajo de la punta de los pies, hasta ¡uh!, por todo el cuerpo... hasta la punta de los pelos y nos dejó mudo. Uno solo habló. Dijo como anda esto, dijo. ¡Uy! Que, como un susto. Caminaba la luz como quien anda caminando con una linterna. Y después yo mismo dormía afuera bajo unas calaminas, de unos fierros, la carpa era muy chiquita... yo la vi la luz volando se mueve unos veinte metros sobre los árboles, como así igual... como mostrándome que era él, se fue alejando se fue, se fue, como una estrella que va caminando, pero derecho a la Ruby, ese rumbo agarró la luz. Ahora muchas luces he visto en el lago Deseado, es un luz que nace de la tierra y se pierde en el aire, pero por lo menos abarcará unos cincuenta metros de circunferencia quien sabe la luz. Yo le decía Federico, vamos, vamos a verlo hombre, pa' qué, no quiso ir nunca. Antes que viniera el hombre blanco se tenía el Ioshi, un hombre que andaba de noche, hombre como cualquier otro hombre, como hablan los chilenos del Trauco. Eso veían. Ahí venía a joder de noche el Ioshi, uno solo lo veía porque dos no lo veían. Ahora me dice Anne Chapman que esos son los que escaparon de susto, cuando hubo una matanza, vivían de raíces, justo en la historia del Kloketen. Antes dominaba la mujer acá, pero eso es muy largo para contar ahora no conviene. Pro era pura mula nomás, puro cuento; para mí que soy cristiano porque estoy bautizado bajo la religión de Cristo, pero creo en muchas cosas que creía mi pueblo, creo en muchas cosas que creía mi pueblo, creo en muhas cosas y en otras no. En esta cuestión del Kloketen es fantasía nomás, era un engaño, pero es un asunto serio porque no se podía conversar entre... y nadie, hasta último, todos los que fueron Kloketen no les gusta que les conversen sobre ese punto. Cuanto le buscaba a Federico para que me contara la verdad, ya salía con otra conversación... porque es una secreto que tiene, el hombre para contar eso no se hace valer como hombre, y para ser hombre hay que contar sobre el Hain, ese sobre Kloketen, ni un cachito así, entonces es un hombre ¡Ey! Y no largo mi secreto.

  Ahora como la Anne Chapman que es muy inteligente hace un libro, yo la parte que más me enteré fue de historia del indígena, como vino acá a esta isla. Si fueron de la Patagonia y los patagones... ¿de donde vinieron? Nunca sentí a los indios opinar sobre el hombre blanco. Uno no tenía conocimiento de escuchar nada, tampoco no permitían los onas a los chilenos permitir una conversación que ellos tenían. A los chicos no. Vaya, vaya a jugar afuera antes. Antes si en estos últimos años me enteré un poco. Me he enterado de la matanza como porqué mataban, así así. Pero resulta que antes de Popper ya mataban indígenas aqui, antes que venga el famosos Popper ese... los holandeses, algunos buques holandeses varias matanzas de ésos no recuerdo como se llamaba el buque ese los que venían antes de mil... mil setecientos y tantos, o mi quinientos. En Viamonte tenía casa para mis paisano, habían doce casa para los que querían vivir en casas, porque entonces habían los que hacían sus chozas al lado. Habían pa' dormir nomás, doce casas habían, algunos dormían adentro, como digo, atros afuera. Seguían comiendo guanacos, cuando no trabajaban. Todos los trabajadores eran indígenas. Ahí aprendieron a trabajar, se refugiaron ahí en Viamonte los últimos onas, los últimos que quedaban de las matanzas de José Menéndez. Por la Misión estuve varias veces, por mi mamá, tenía a la mamá ahí por el año 26. Allí que iba hacer, nada. Únicamente tejer, aprendieron en telares, telares, telares las monjas para aprender. Y ahí se entretenía quizá. Alcanzó a estar un año, a fines del 27 falleció. No puedo calcularle la edad, por lo menos unos cuarenta y cinco a cincuenta. No puedo saber que enfermedad, porque nunca la vi quejarse."

En las Crónicas de la Misión de La Candelaria, el padre Carnino, superior de la casa, da cuenta de la muerte de Perpetua Kaijten. El 25 de octubre creyó morirse, recibiendo asistencia sacerdotal hatsa después de la medianoche, ella muriendo en la casa de las hermanas, en tanto que del lado de los peones Holofernes Azócar, mestizo, esperaba su muerte. Perpetua terminó sus sufrimientos a las 11,30 horas del 28 de octubre; pocos día después, el 18 de noviembre, su hija, Mamerta Kiminiol -del padre Hauscasi a la misma hora perece de un ataque. La misión seguía siendo la gran tumba de los onas. "Quisiera ser más indio de lo que soy". Reflexiona SegunDo. "Lo mismo soy hijo de Dios, valgo lo mismo que un inglés. ¿En qué me lleva él? Tiene el mismo corazón, el mismo organismo que él. Hay muchas cosas malas sobre el blanco. Yo no puedo comprender porque lo mataban tanto a los indígenas. Los primeros hombres estos, porque qué les interesaba esto, el oro, no sabe nada del oro, y no mataron a ningún blanco, lo único el que mataron en Santa Martín, acá en la vega San Martín. Eso por culpa de Capelo, porque ellos lo lloraban, uno lo largaron que vaya, y se le fue de las manos al hombre para no matarlo, culpable era el Capelo ese, porque lo habían llevado a Buenos Aires, le dijo ustedes llorar por esto, vayan a ver por la pampa, si nos están matando a nosotros todos y van a llorar por esto aquí... ¿Los nombres de os que mataban indígenas? Bueno ahí tenemos al famoso Popper que era el más conocido y después los holandeses... antes del siglo XX. Ya se detuvo después, ya no mataban tanto. Como indígenas siento la forma en que lo mataban, que mueran está bien por que todos tenemos que morir en la vida, pero que los maten de esa forma, sin... desarmados se puede decir. Y después entiendo... creo, es que he leído: el indio es aborrecido en todas partes del mundo. ¿Porque qué? Hasta hoy se puede ver en Brasil desalojado de sus campos, le queda pura piedra, ¿qué van a comer? Tiene que asaltar para comer? ¿Qué comen? Y en otras partes, no sé dónde... No debe ser así, que le de un lugar para que vivan, para que esté tranquilo al menos, nos despojarlo de sus tierras adonde no tienen nada que comer.

Pueblos originarios de Sudamérica y el Caribe

Agenda Indígena Amazónica (AIA)

La Agenda Indígena Amazónica (AIA) es el avance mas importante que nuestra organización ha dado desde su fundación hace 20 años. Su importancia esta en que define cuales son nuestros objetivos de desarrollo estratégico como pueblos indígenas. Concebida como un proceso propio, construido y concertado a partir de nuestra cosmovisión y como la expresión de los lineamientos políticos para el trabajo de cada una de las organizaciones miembros. Es la herramienta principal en la planificación de nuestras actividades, en las relaciones y acuerdos con las Agencias de Cooperación Internacional y en las relaciones con los Gobiernos del mundo:


1. Sostenibilidad humana (Descargue el Libro)

Los Pueblos Indígenas amazónicos hemos desarrollado actividades económicas fundadas en el respeto a la madre tierra, en la solidaridad y en el uso racional de los recursos naturales, todo en condiciones que aseguran el equilibrio en nuestros espacios vitales, fundamentales para el futuro de la humanidad. Diferentes iniciativas desarrolladas por nuestros pueblos y/o instancias de representación son alternativas económicas que permiten una vida digna a las comunidades y que garantizan nuestra continuidad como entidades colectivas diferenciadas.

2. Territorios y recursos naturales
Uno de los componentes fundamentales de nuestra identidad es la relación espiritual con las tierras y territorios que ocupamos ancestralmente, relación que es extensible a los recursos que en ella existen. La seguridad jurídica de nuestros territorios es fundamental, sin embargo, ella debe estar acompañada de políticas de Estado que hagan de esta seguridad algo concreto.
3. Sistemas jurídicos propios y derechos constitucionales

La pluralidad jurídica es un hecho irrefutable, pues es a partir de ella que nuestros pueblos han existido desde mucho antes de los Estados Nación. Para COICA, la recuperación, refuerzo, desarrollo y uso de los sistemas jurídicos propios es una importante expresión de la autonomía de nuestros pueblos y de nuestros derechos reconocidos en diferente grado por las constituciones nacionales y en instrumentos jurídicos internacionales, como el Convenio 169 de la OIT, la Convención contra todas las formas de Discriminación y otros convenios sobre derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos.

4. Fortalecimiento de sistemas ancestrales y organizativos

Los Pueblos Indígenas hemos construido, a lo largo de los siglos, sociedades de alta complejidad que han funcionado y continúan funcionando a partir de sistemas fundados en principios participativos, controlados por la comunidad y sus instancias, autoridades tradicionales, que han asegurado una justicia social remarcable. Dichos sistemas, fueron gravemente afectados por la conquista , colonización y vida republicana de nuestros países, han continuado existiendo y en la actualidad nuestros pueblos las fortalecen. De igual forma, las organizaciones miembros de COICA desarrollamos procesos internos que nos permiten ir adaptándolas a las nuevas problemáticas que nos afectan y a una sociedad global marcada por mutaciones y cambios, en ocasiones violentos y poco respetuosos de la diversidad humana. El fortalecimiento de nuestras organizaciones y consecuentemente el de COICA es fundamental para la defensa y promoción de nuestros derechos y para la protección de la Amazonía.

5. Formación académica y científica

Convencidos de que los saberes y conocimientos ancestrales de nuestros pueblos han permitido y permitirán a la humanidad acceder a mejores condiciones de vida y que nosotros los Pueblos Indígenas poseemos culturas en evolución que también se enriquecen de los saberes y conocimientos de otras culturas, COICA considera que son necesarios procesos de formación mutuo entre el mundo indígena, las sociedades nacionales y la comunidad internacional. Este proceso debe continuar siendo desarrollado desde nuestros pueblos y las organizaciones. El balance será positivo, no fundamentalmente por cuantos profesionales indígenas se han graduado o tienen estudios de Post-Grado, si no por cuantos de ellos han articulado sus proyectos de vida, al desarrollo de nuestros pueblos de manera eficiente y eficaz.


NUESTRA AMAZONIA . La Revista de los Pueblos Indígenas Amazónicos
Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica- COICA
www.coica.org


DECLARACIÓN Y CONCLUSIONES DE LA CUMBRE CONTINENTAL DE  PUEBLOS INDÍGENAS



Apreciadas compañeras y compañeros:

En los archivos adjuntos, les mandamos la declaración final de la III Cumbre Continental de Pueblos Indígenas y Nacionalidades de Abya- Yala, celebrada en Iximché, Guatemala durante la semana del 26 al 30 de marzo. También les estamos enviando los documentos con los resultados del trabajo de las comisiones.

Para los compañeros que se dedican a la comunicación, fíjense que es la primera vez que la Declaración Final incluye como prioridad la necesidad de la democratización de las comunicaciones, lo cual es bueno que podamos tener presente como argumento sólido para nuestros proyectos, ¿verdad? Igualmente, si alguno de ustedes está necesitado de mayor información, pues con mucho gusto podemos enviarles una crónica en profundidad que sirva para contextualizar mejor lo sucedido en este magno Consejo.

Desde Iximché, agradeceremos toda la difusión que puedan hacer de esta documentación, fruto del intenso trabajo de niños, mujeres, hombres y ancianos de los pueblos originarios de Abya-Yala.

Que el Ajaw, el Gran Espíritu, derrame sobre ustedes sus bendiciones cada uno de sus días. Un abrazo grande.

Amalia Jiménez Galán
AMARC Guatemala

 

III Cumbre Continental de Pueblos y Nacionalidades Indígenas del Abya Yala “De la resistencia al poder”


DECLARACIÓN DE IXIMCHE'

Nosotros y nosotras, hijos e hijas de los pueblos y nacionalidades indígenas originarias del continente, autoconvocados y reunidos en la III Cumbre Continental de Pueblos y Nacionalidades Indígenas del Abya Yala realizado en Iximche', Guatemala, los días oxlajuj Aq'abal, trece fuerzas del espíritu del amanecer, 26 al kají kej, cuatro fuerzas del espíritu del Venado, 30 de marzo del 2007:

Reafirmamos la Declaración de Teotihuacan (México, 2000) y la Declaración de Kito (Ecuador, 2004); ratificamos nuestros principios milenarios, complementariedad, reciprocidad y dualidad, y nuestra lucha por el derecho al territorio, la Madre Naturaleza, la autonomía y libre determinación de los pueblos indígenas; y anunciamos el resurgimiento continental del Pachacutik (retorno), al cierre del Oxlajuj Baq'tun, cuenta larga de 5,200 años, acercándonos a las puertas del nuevo Baq'tun encaminándonos para hacer del Abya Yala una “tierra llena de vida”.

Vivimos siglos de colonización, y hoy la imposición de políticas neoliberales, llamadas de globalización, que continúan llevando al despojo y saqueo de nuestros territorios, apoderándose de todos los espacios y medios de vida de los pueblos indígenas, causando la degradación de la Madre Naturaleza, la pobreza y migración, por la sistemática intervención en la soberanía de los pueblos por empresas transnacionales en complicidad con los gobiernos.

Nos preparamos para recibir y afrontar los desafíos que nos demanda los nuevos tiempos, por tanto declaramos:

Afianzar el proceso de alianzas entre los pueblos indígenas, de pueblos indígenas y los movimientos sociales del continente y del mundo que permitan enfrentar las políticas neoliberales y todas las formas de opresión.
Responsabilizar a los gobiernos por el permanente despojo de los territorios y la extinción de los pueblos indígenas del continente, a partir de prácticas impunes de genocidio de las transnacionales, así como por la poca voluntad de las Naciones Unidas en viabilizar la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas y por no garantizar el respeto pleno de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Ratificar nuestro derecho ancestral e histórico al territorio y a los bienes comunes de la Madre Naturaleza, y reafirmamos su carácter inalienable, imprescriptible, inembargable e irrenunciable, aún a costa de nuestras vidas.

Consolidar los procesos impulsados para fortalecer la refundación de los Estados – nación y la construcción de los Estados plurinacionales y sociedades interculturales a través de las Asambleas Constituyentes con representación directa de los pueblos y nacionalidades indígenas.

Avanzar en el ejercicio del derecho a la autonomía y libre determinación de los pueblos indígenas, aún sin el reconocimiento legal de los Estados – nación.

Ratificar el rechazo a los tratados de libre comercio (TLCs) que vulneran la soberanía de los pueblos y mantener la vigilancia ante los intentos por implementar nuevos tratados comerciales.

Reafirmar nuestra decisión de defender la soberanía alimentaría y la lucha contra los transgénicos, convocando a todos los pueblos del mundo a sumarse a esta causa para garantizar nuestro futuro.

Ratificar la lucha por la democratización de la comunicación y la implementación de políticas públicas que contemplen disposiciones específicas para los pueblos indígenas e impulso de la interculturalidad.

Alertar a los pueblos indígenas sobre las políticas del BID, Banco Mundial y entidades afines para penetrar en las comunidades con acciones asistencialistas y de cooptación que apuntan a la desarticulación de las organizaciones autónomas y legitimas.

Para el vivir bien de los pueblos indígenas, acordamos:

Exigir a las instituciones financieras internacionales y los gobiernos la cancelación de sus políticas de promoción de las concesiones (mineras, petroleras, forestales, gasíferas y de agua) de territorio indígenas para las industrias extractivas.

Condenar las políticas del presidente Bush y del gobierno de Estados Unidos expresadas en la exclusión demostrada con la construcción del muro en la frontera con México mientras por otro lado trata de apropiarse de los bienes comunes de la Madre Naturaleza de todos los pueblos del Abya Yala, implementando planes y acciones expansionistas y guerreristas.

Condenar la actitud intolerante de los gobiernos de los Estados – nación que no reconocen los derechos de los pueblos indígenas, en particular a los que no han ratificado ni garantizan la aplicación del Convenio 169 de la OIT.

Condenar las democracias impostoras y terroristas implementadas por los gobiernos neoliberales, que se traducen en la militarización de los territorios indígenas, la criminalización de las luchas indígenas y movimientos sociales en todo el Abya Yala.

Para hacer caminar la palabra y realizar los sueños, de la resistencia al poder:

Nos constituimos en la Coordinadora Continental de las Nacionalidades y Pueblos Indígenas del Abya Yala, como espacio permanente de enlace e intercambio, donde converjan experiencias y propuestas, para que juntos enfrentemos las políticas de globalización neoliberal y luchar por la liberación definitiva de nuestros pueblos hermanos, de la madre tierra, del territorio, del agua y todo el patrimonio natural para vivir bien.

En este proceso delineamos las siguientes acciones:

Fortalecer el proceso organizativo y de lucha de los pueblos indígenas con la participación de las mujeres, niños y jóvenes.

Convocar a la Cumbre Continental de Mujeres Indígenas del Abya Yala y a la Cumbre Continental de la Niñez, Adolescencia y Juventud de las Nacionalidades del Abya Yala.

Convocar a la marcha continental de los pueblos indígenas para salvar a la Madre Naturaleza de los desastres que está provocando el capitalismo, y que se manifiesta en el calentamiento global, a realizarse el 12 de octubre del 2007.

Impulsar la misión diplomática de los pueblos indígenas para defender y garantizar los derechos de los pueblos indígenas.

Respaldar la candidatura a Premio Nóbel de la Paz de nuestro hermano Evo Morales Ayma, Presidente de Bolivia.

Exigir la despenalización de la hoja de coca.
“Soñamos nuestro pasado y recordamos nuestro futuro”

Iximche', Guatemala, marzo 30 de 2007.